Viajar ¿Para qué?

Ir de viaje, salir de nuestra zona de confort es mucho más que marcar en una lista todo aquello que queremos hacer e ir tachando ciudades como si de una carrera se tratara… no esta mal sacarnos fotos con monumentos de relevancia mundial y presumir de ellos en las redes sociales… pero definitivamente hay algo mucho más profundo en estas experiencias.
Son muchas las personas que se emocionan al oír la palabra «viaje», pero te pusiste a pensar ¿Cuál es tu razón, tu motivo, de querer viajar?
Y es lo primero que tenemos que tener en claro, yo por ejemplo quería venir a la tierra de mis bisabuelos, porque para mi representaba cerrar un ciclo en la historia familiar (resumido en muy pocas palabras). Tenemos que ser honestos con nosotros mismos, porque cuando descubrimos el por qué, vamos a estar mucho más motivados/as para planear nuestra próxima aventura.
Ante cada viaje, siempre me pregunto lo siguiente:
¿Qué quiero aprender y experimentar?
¿Qué actividades me hacen feliz?
¿Que lugar se asemeja a mis expectativas?
¿Qué otros lugares de interés puedo descubrir después de los más conocidos?
¿Habrá eventos interesantes para mi?
Son solamente algunas preguntas, ya que a medida que me voy respondiendo van surgiendo otras… y así, un circulo de no acabar.
Te animo a pensar también las respuestas. Creo que así podrás elegir con mayor facilidad tu próximo destino y aprovechar mucho más tu estadía. Además si descubrís que tu razón es suficientemente fuerte, te comprometes de forma más concreta con hacer tus sueños realidad.
Viajar nos hace tener increíbles experiencias, mucho más satisfactorias que acumular objetos.
Cuando viajamos descubrimos que somos capaces de realizar cosas que no teníamos ni idea de que podíamos hacerlo.
Viajar te abre la mente, te descubrís cada vez un poco más, aprendes a apreciar los momentos más que las cosas, te apasiona vivir el presente y aprendes a interactuar, muchas veces a la fuerza, el año pasado cuando me encontraba en Israel con una amiga (yo la verdad que poco y nada con el inglés y mucho menos en hebreo), llegó un momento que estábamos super perdidas y no nos quedó otra que improvisar, así que con señas y algunas palabras pudimos llegar a nuestro próximo destino… créanme la vergüenza se termina perdiendo con el tiempo. Además… ¿quién te conoce en ese mar de gente?

Las ventajas siempre serán más, dejemos de inventar excusas.

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